Publicado el 10 de octubre de 2017 por Guillermo en ECM, Software libre
Uno de los falsos mitos más arraigados sobre el software libre es que tiene menos funcionalidades y no vale para la empresa. Ya hemos desmontado este tópico en muchas ocasiones. Esto no significa que las herramientas libres disponibles a día de hoy en el mercado cubran todas las necesidades posibles. Las necesidades de los usuarios están en continua evolución y, cuando hablamos de programas profesionales, debemos tener en cuenta también que cada organización es un mundo y lo que a una le vale puede no servir a otra. ¿Qué hacemos, entonces, cuando las herramientas libres y de código abierto no ofrecen las funcionalidades que buscamos? ¿Cómo se desarrollan nuevas funcionalidades en el software libre?
Una de las razones para adoptar una solución de software libre es que, al proporcionarnos la libertad de estudiar y mejorar su código, podemos adaptarla a nuestras necesidades. Ayudo a organizaciones a implementar soluciones de gestión documental de código abierto y es raro el caso en el que no se precisa una personalización de la aplicación, por pequeña que sea.
Muchos desarrolladores de software privativo también ofrecen la posibilidad de personalizar su herramienta. El problema es que, al ser los únicos que pueden acceder al código del programa y modificarlo, tendremos poco margen para negociar las condiciones de servicio y no podremos auditar la calidad del código (ni detectar posibles fuentes de errores, fallos de seguridad, etc.). Al trabajar con software libre, en cambio, podemos realizar nosotros el desarrollo a medida o encargárselo al proveedor que prefiramos, ya que ninguno tiene el monopolio del código fuente.
Aunque para muchas organizaciones la posibilidad de compartir las mejoras con el resto de la sociedad es un motivo más para preferir trabajar con software libre, algunos clientes no entienden que tengan que pagar por desarrollar funcionalidades que otras organizaciones podrá disfrutar libremente. Lo primero que hay que decir al respecto es que las licencias de software libre no obligan a publicar el programa modificado. Sin embargo, hacerlo resulta beneficioso para todos, ya que distribuye el coste de desarrollar la herramienta entre todas las organizaciones usuarias, haciendo que el coste total de propiedad sea menor para el cliente.
Este punto nos lleva, directamente, a la siguiente posibilidad cuando las herramientas libres y de código abierto no ofrecen las funcionalidades que buscamos: el desarrollo colaborativo.
Suelo acudir siempre al mismo ejemplo para explicar el desarrollo colaborativo.
Un estudio de diseño con 5 licencias de Adobe paga al año alrededor de 4.000 €. Se trata de un importe bastante elevado, pero no lo suficiente como para financiar el desarrollo de las funcionalidades que les faltan a las alternativas libres para que puedan adoptarlas con tranquilidad. Si se juntaran 10 estudios en su misma situación, tendrían disponibles 40.000 € al año para mejorar las alternativas libres y podrían dejar de usar Adobe sin miedo a perder las funcionalidades que necesitan. Supongamos que hacen falta 120.000 € para financiar el desarrollo de todas esas funcionalidades. Al cabo de tres años, estos estudios dispondrían de unos programas de diseño totalmente adaptados a sus necesidades y no tendrían que pagar nada más de ahí en adelante para seguir utilizándolos.
Supongamos ahora que esta campaña para conseguir 120.000 € es promovida por un colegio profesional o una fundación y, como resultado de ello, un total de 50 estudios participan en este proyecto. En esta situación, cada estudio tendría que pagar únicamente 2400 € una sola vez (casi la mitad de lo que pagan ahora por 5 licencias anuales de Adobe) y los desarrollos necesarios estarían disponibles mucho antes.
La reducción de costes es la principal razón por la que empresas que compiten entre ellas deciden colaborar en un momento dado para desarrollar una tecnología que permita resolver una necesidad común.
La situación que he contado es ficticia, pero existen casos reales de esta colaboración entre empresas. Un ejemplo muy conocido es la Fundación Apache, a través de la cual multitud de empresas colaboran para mejorar las herramientas libres y de código abierto que utilizan. Algunos proyectos importantes desarrollados bajo el paraguas de la Fundación Apache son HTTP Server, Hadoop, Lucene , Maven, OpenOffice y Tomcat.
Por norma general, la mejor opción es seleccionar el software libre más adaptado al proyecto y desarrollar las personalizaciones necesarias. Sin embargo, hay ocasiones en las que la funcionalidad que falta es demasiado cara de desarrollar y no hay tiempo para desarrollarla conjuntamente con otras organizaciones que pudieran estar interesadas. Estas situaciones siempre me plantean una contradicción: llevo utilizando y defendiendo el software libre más años de los que alcanzo a recordar, pero mi trabajo como consultor me obliga a recomendar a mis clientes la solución más adecuada, que en estos casos pasa por recurrir a software privativo.
En el ámbito de la gestión documental, no me parece que las alternativas libres a los OCR (Reconocimiento Óptico de Caracteres) estén lo suficientemente desarrolladas. Aunque existen OCR de código abierto que hacen accesible esta tecnología a organizaciones con menos recursos y particulares, su potencia a día de hoy no basta para resolver casos particularmente complejos. Tampoco he encontrado herramientas libres de firma biométrica, una funcionalidad que yo particularmente no utilizo (prefiero el certificado electrónico), pero que algunos clientes demandan.
Siempre intento hacer justicia al software libre y que no se le atribuyan inconvenientes que realmente no tiene, pero creo que debemos ser conscientes también de las áreas en las que puede mejorar. Afortunadamente, estos casos no son habituales y las herramientas libres y de código abierto con las que trabajo consiguen resolver adecuadamente las necesidades de mis clientes en materia de gestión documental y preservación digital, entre otros motivos porque les proporcionan la libertad de mejorarlas.
Espero que esta entrada te haya resultado interesante y, como de costumbre, te animo a compartir tus dudas o sugerencias en la sección de comentarios.
Deja un comentario